Algo muy malo está pasando en la Ciudad del Vaticano. El lugar más sagrado para la Iglesia Católica ha sido invadido por visiones, pesadillas vívidas, apariciones blasfemas, y extraños fenómenos que cada vez son más intensos. Una extraña tormenta perpetua se ha extendido sobre el lugar, condenándolo a una penumbra eterna.
Brion, la famosa actriz y directora de cine, desapareció hace un año durante una fatídica expedición a la selva amazónica para indagar acerca de la leyenda de la Reina Araña. Nortwick consigue financiar una misión de rescate y reúne a un equipo de exploradores para traer de vuelta a Brion y consolidar así su reputación.
Harry y Sasha, se marchan para vivir en un rancho en las montañas de Idaho. Sus vecinos les advierten del espíritu que habita el valle. Uno que, dependiendo de la estación, acecha y cambia de aspecto. Aunque al principio crean que no se trata más que de una superstición local, conforme vayan pasando las estaciones, todo se volverá cada vez más peligroso y siniestro.
Un día, rebuscando entre las pertenencias de su padre, Ben encuentra un libro con la imagen de una enigmática figura femenina con cuernos que parece llamarlo desde las sombras. Esta figura empieza a atraerlo y a hacerse presente en la mente de Ben, invitándolo a que le haga ofrendas cada vez más inquietantes.
Unos terroristas secuestran un avión y se encierran en la cabina con una niña llamada Toki como rehén. Kuro no duda en ir a rescatar a la pequeña, pero lo que no espera es la situación dantesca que se encontrará en la cabina: una monstruosa criatura alada ha masacrado a todo el mundo y sólo ha dejado con vida a la niña.
Rob teme por sus hijas: por Callie, que colecciona pequeños huesos y susurra a amigos imaginarios; y por Annie, o por lo que Callie podría hacerle. Rob decide llevarse a Callie a Sundial, la casa de su infancia. Él ha empezado a mirarla de forma extraña, a contarle secretos de su pasado que la inquietan y la excitan. Y Callie empieza a preguntarse si saldrá con viva de Sundial.
Quinn y su padre se mudan a Kettle Springs en busca de un nuevo comienzo, pero no tardarán en descubrir que debería haber sido el último sitio al que ir… Porque Frendo, la mascota del pueblo, no solo es un payaso que da escalofríos. Es también un payaso homicida dispuesto a jugar atrozmente para divertirse.
A orillas del río, dos niños descubren un cadáver. O más bien, lo que parece un cadáver, pues al acercarse a él, el cuerpo cobra vida y trata de devorar a los niños. Desde ese instante, comienza una investigación sobre devoradores de niños, posibles vampiros o simplemente herejes dementes.